Autogás – realidades y mitos

El autogás es un combustible cada vez más popular. Antes, sólía considerarse como un «combustible de calidad inferior», más barato, pero menos eficiente y perjudicial para el motor. La tecnología siempre ha sido y sigue siendo modernizada y mejorada. Las instalaciones de gas actuales son atractivas por razones económicas y ecológicas. Esto se evidencia por el hecho de que Polonia es el segundo país del mundo en términos de número de automóviles registrados con autogás. A lo largo de los años, las instalaciones de GLP han sido el centro de muchas opiniones en general, que a menudo no tienen nada que ver con la realidad. Estos son algunos de los mitos y realidades sobre el autogás:

  1. Las instalaciones de GLP son peligrosas
    Se trata de un mito antiguo. Hasta el momento, no se ha registrado un solo caso de explosión del sistema de gas con las revisiones y la operativa adecuada. ADAC informa que la rotura del tanque es imposible, y en el caso de un accidente, si el vehículo está ardiendo, se deberá a una fuga en la instalación de gasolina, y no a la instalación de gas.

 

2º En un coche con la instalación de GLP no voy a poder entrar en un aparcamiento subterráneo
Se trata de otro mito. Puede utilizar los aparcamientos subterráneos de forma segura. En raras ocasiones puede suceder que los automóviles con autogás no puedan aparcar bajo tierra – esto se debe a que exista un mal sistema de ventilación en dicho lugar – en este caso siempre informará la señal correspondiente. Esto sucede muy ocasionalmente.

 

  1. El coche de gas es más lento que el de gasolina
    Es un hecho que se ha convertido en un mito. En el pasado, no era raro que los automóviles con instalaciones de GLP tuvieran menos potencia de motor. En la actualidad, la inyección secuencial de gas, la instalación óptimamente seleccionada y la instalación adecuada hacen que no haya ninguna pérdida de energía.

 

4ª Al conducir con autogás no enveneno el medio ambiente
Es cierto. La combustión de autogás hace que la emisión de monóxido de carbono a la atmósfera sea la mitad que la emitida por combustión de gasolina. Además, se liberan un 40% menos de hidrocarburos y un 35% menos de óxidos de nitrógeno. Como resultado de su combustión, se producen mucho menos gases de escape que en caso del petróleo o con la gasolina.