LPG – ¿en qué consiste exactamente?

LPG es una abreviatura con la que tenemos un contacto relativamente frecuente. Cada vez más coches son alimentados con este tipo de combustible. En varios portales de Internet se pueden leer las realidades y los mitos sobre la instalación de LPG en los automóviles, qué vehículos son los más adecuados para adaptarlos al suministro de gas y muchas otras curiosidades sobre el tema. Pero, ¿qué es realmente el LPG, o el gas, por el que se deciden un número creciente de conductores?

LPG es una abreviatura del término inglés: Liquefied Pertoleum Gas. Es una mezcla de propano y butano. Cuando hablamos de gas, pensamos en una sustancia volátil ante nuestros ojos, pero este tipo de gas se almacena en forma líquida, en unos recipientes especiales bajo presión. Es una fuente de energía extremadamente versátil que conocemos y utilizamos desde hace mucho tiempo.

Aplicaciones de LPG más populares:

  • Autogás – combustible para automóviles con una instalación de gas.
  • Cocinas, parrillas a gas, cocinas turísticas – sin cocinar con gas sería difícil imaginar una cocina.
  • combustible para varios tipos de equipos de calefacción (p. ej. calentadores)
  • Combustible en procesos de producción industrial (p. ej. en fábricas de ladrillos o en fábricas de cerámica)
  • Cosméticos en aerosol – es el LPG que se utiliza en ellos como gas portador, gracias al cuál podemos utilizar el desodorante o la laca.

¿Cómo se crea el LPG?

El LPG es un subproducto que surge durante la producción de petróleo crudo y gasolina. En forma de gas, también se encuentra en pequeñas cantidades en lugares donde hay depósitos de petróleo. Se almacena en forma líquida en depósitos especiales para gas. Con esta forma, podemos almacenarlo en mayor cantidad de lo que sería posible en su forma volátil.

¿El gas en invierno es menos eficiente que en el verano?

LPG es una mezcla de dos gases con propiedades ligeramente diferentes. El butano ya se condensa a-7 ° c y tiene un valor de calentamiento más alto que el propano. Por lo tanto, en condiciones invernales, los fabricantes cambian la proporción de estos dos gases en la mezcla. El combustible diseñado para su uso en invierno tiene un contenido ligeramente menor de butano que el gas diseñado para el verano, por lo que este tipo de combustible es algo menos eficiente.