Las nuevas instalaciones de LPG
¿Cuáles son los últimos tipos de instalaciones de LPG en automóviles? Aquí mostramos algunas de ellas.
•Inyección de gas multipunto (secuencial).
Para la mayoría de los coches, este tipo de instalación se asume por defecto. Consiste en un depósito, que se monta en el maletero, los tubos de suministro de gas desde el depósito hasta el evaporador/reductor, que se encuentra conectado al sistema de refrigeración del motor. En este dispositivo, el gas bajo la influencia del calor se expande a un estado volátil. Este sistema también consiste en líneas de suministro de gas para inyectores de gas. Esta instalación se puede montar en la mayoría de los automóviles con inyección secuencial de gasolina, quedando excluidos los vehículos con carburador con inyección de un punto o mecánica. Es fácil elegir el conjunto óptimo según las posibilidades financieras del cliente. La solución es, con mucho, la más común, contrastada y popularmente utilizada.
•Inyección de gas en la fase líquida.
En primer lugar difiere de la inyección de gas secuencial careciendo del evaporador/reductor. Se suministra al motor el gas en su fase líquida, omitiendo la fase de expansión en el evaporador/reductor. Ningún evaporador causa interferencias con el sistema de enfriamiento. Se instala una bomba en el depósito de gas que mantiene continuamente una adecuada presión del LPG que se suministra a los inyectores. En las instalaciones tradicionales no existe la bomba, y el gas sale del depósito bajo la influencia de la presión natural. El gas en forma de un líquido se expande en el motor y se enfría, gracias a lo cuál, el cabezal está menos expuesta al sobrecalentamiento. El motor frío cambia a gas después de un tiempo mínimo tras la puesta en marcha. Esta solución es cara y el tiempo de retorno de la inversión es definitivamente más largo.
Se puede dividir la inyección directa de gas: en la fase líquida y en la fase volátil.
En la fase volátil, todos los componentes se ensamblan perfectamente, como ocurre en el caso de una instalación secuencial, y el gas es alimentado por inyectores de gas adicionales. Aquí también se conduce el coche exactamente igual que con gasolina y el cambio resulta imperceptible, dependiendo de la temperatura mínima de cambio, que es fijada por el instalador. Esta es una solución contrastada por fabricantes experimentados y montada con éxito en automóviles. El coste de instalar la instalación de gas en su fase volátil para la inyección directa se amortiza rápidamente.
La instalación (en la fase líquida) no tiene un evaporador/reductor ni sus propios inyectores, y el gas se suministra en la fase líquida al motor a través de los inyectores de gasolina de fábrica. Por lo tanto, los coches con una instalación de este tipo impulsan el gas exactamente igual que lo hacen con la gasolina, no siendo necesario, incluso en la fase de puesta en marcha. Sólo se utiliza en automóviles con inyección directa de gasolina. Este tipo de instalación permite el mayor ahorro, al usar sólo gas, pero después de sumar los altos costes de la instalación y montaje, la rentabilidad es similar a la instalación en la fase volátil.